viernes, 20 de diciembre de 2013

La permacultura, una forma de vida responsable y ecológica

Mariana Carbajal/Xalapa



La permacultura, es una manera sustentable de vivir, pero también una filosofía de vida en favor de la salud, la equidad y el medio ambiente, apunta el doctor Miguel Ángel Escalona Aguilar, impulsor de la misma, quien enfatiza que es necesario cambiar nuestra forma de vida ante la crisis alimentaria y económica que vive nuestro país.

Como parte de su trabajo para impulsar esta visión del desarrollo sustentable y estilo de vida, imparte talleres en la Universidad Veracruzana, en los que hace énfasis en la agricultura orgánica, “porque es muy importante hacer una reflexión sobre nuestros hábitos alimenticios, ya que en nuestro país hay grandes contrastes, por un lado hay gente que muere de hambre y otra que muere por enfermedades asociadas a la obesidad y la mala alimentación.

“Por eso me interesó la agroecología, porque es una ciencia que nos ayuda a entender y mejorar los sistemas de producción, así como a entender los procesos sociales alrededor de estos. Y una de las herramientas que nos facilita cumplir esos objetivos, es la permacultura.
“Así que desde la visión de la permacultura y la agroecología es que estamos trabajando en procesos de producción urbana y periurbana de alimentos, ya que aunque en el campo se produce en su mayoría lo que comemos, en las ciudades se conjugan la carencia de alimentos y los problemas de salud enfocados en la mala alimentación”, expresó.

“Pensamos que de esta manera podemos hacer que la gente reflexione y actúe para tratar de producir sus alimentos, lo cual les permite darse cuenta del trabajo que hay detrás de la comida y los hábitos de consumo. En las ciudades perdimos la noción de dónde vienen los alimentos, del trabajo qué se le puso a las hortalizas y quién las produjo; así que la permacultura plantea analizar estos factores para fomentar una repartición más justa, una dieta sana, modificando hábitos de consumo y el manejo adecuado de los residuos, ya sea separando la basura o produciendo composta. Por eso estamos impartiendo talleres en la UV, para fomentar estas acciones y formas de pensar. En la que la gente esté al tanto de sus hábitos de consumo en general”, explicó el doctor Escalona.

En sí, la permacultura es una serie de principios para que las personas se concienticen sobre los modelos de producción de los alimentos, entender que es mejor apoyar a los mercados locales, saber un poco más del uso de las plantas, la biocultura, que se pierde en la cultura urbana.
La permacultura maneja tres principios éticos fundamentales: la salud de nuestro planeta, la salud de las personas y una repartición justa de los bienes que se obtienen de la producción de los alimentos. “Esto se refiere al reconocimiento de la señora que está en la esquina y que vende sus chilitos o tortillas, que a ella seguro le regateamos, y si vamos al supermercado no le regateamos, y entonces vemos que no hay una repartición justa, y la permacultura que no le compres a los supermercados y sí a los productores locales, ya que sus productos son de la zona y los de los supermercados, quién sabe de donde vienen y desde cuándo fueron producidos”, puntualizó.

Uno de los aspectos más importantes es hacer un diseño de un método de producción más sustentable, pero tiene que analizarse el entorno en el que vivimos y sobretodo, crear ciclos virtuosos que no contaminen, producir diseños y aprovechar en lo más posible esos recursos, así que hay que preguntarse, ¿cómo me gustaría vivir?, ¿qué tengo para hacerlo? y ¿cómo puedo hacerlo?

De esta forma, las personas pueden usar los materiales que tienen a su alcance, para construir hortalizas, para unirse con sus vecinos en cooperativas, organizar espacios verdes, es decir que en la permacultura se necesita de la creatividad y la imaginación para crear espacios sustentables en favor de una vida mejor.

El doctor Miguel Escalona también platicó sobre los talleres que da en la UV a los estudiantes, en los que intentan formar una red de agricultura urbana y periurbana, una red ciudadana en donde se pretende generar nodos que tengan un efecto de gota de agua, que cae y produce ondas, así que cada nodo puede enseñar a la gente a colaborar para producir alimentos y entonces esto se va extendiendo:

“Esta red de agricultura urbana usa estos principios, los de la agroecología y la permacultura. Por ejemplo estamos intentando hacerlo en el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero (de la ciudad de Xalapa), ahí estamos capacitando a los técnicos de campo y trabajadores que dan mantenimiento, para que ellos luego sean capacitadores para la gente que visite el Jardín. Otra huerta que estamos intentando poner es en el Parque Tecajetes, ya que nos parece muy importante por lo simbólico, es muy visitado y tiene un concepto de un uso sustentable del agua, porque tiene un nacimiento. Asimismo, en el Río Cedeño, con los pobladores de la colonia Lucas Martín”.

Así que estos funcionan como los principales nodos, y la idea es que se articulen con el nodo de la Universidad Veracruzana, en la que tienen huertos en las facultades de Derecho, Ingeniería, Agronomía y próximamente, en la de Psicología.

“La permacultura tiene una dimensión cultural, social, política y económica, así que puede verse desde muchos ejes que ayudan a acercarse a la gente. Entonces es como un juego muy interesante en la que se trata de no producir contaminantes, almacenar energía, ya sea almacenando agua de lluvia o composta”, agregó.

México es un país que necesita de una nueva forma de concebir la salud y la alimentación, porque estamos en una crisis muy grave en estos sentidos, así que hay que favorecer procesos locales de producción de alimentos y no a las multinacionales, que pagan muy poco a los agricultores y que tienen injerencia en los procesos electorales.

Por ejemplo, una de las opciones para aminorar el impacto económico de los supermercados, es ir a los mercados agroecológicos como el que se pone en la ciudad de Xalapa, en Clavijero 24, los domingos de 10 a 3, en Radio Universidad, o el de Coatepec, el Coatl, los sábado en el centro de la cuidad.

“De esta forma ganamos muchos. Primero, sabemos que los alimentos son frescos y sabemos a quién le estamos dando nuestro dinero, además, los alimentos no tienen químicos”.

Miguel Ángel Escalona Aguilar estudió biología en la UNAM, hizo una maestría en fruticultura y luego otra en biotecnología, después hizo un doctorado en España sobre agroecología, sociología y desarrollo sustentable, y tiene muchos años trabajando en la UV impartiendo talleres en la Facultad de Ciencias Agrícolas; también da clases en la Facultad de Ciencias Agrícolas y es Subcoordinador de Agua y Áreas Naturales de la Coordinación para la Sustentabilidad, de la Universidad Veracruzana. 
Para contactarse con Miguel Ángel Escalona y formar parte de estos talleres y principios, le pueden escribir a mifana@hormail.com.

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